Orazal
Soy el resucitado de la vida,
el que regresó al reino de la nada,
en el que sé que estuve,
aunque no lo recuerdo.
De todas formas, sombras familiares
me miran con curiosidad
y alguien me dice, no sin asombro:
-Has vuelto.
¿Quién te ordenó pasar de la luz a la sombra?
-No todavía la muerte;
solamente el fracaso de la vida.
Última gracia
Acaso
ese golpe final
―yo ya caído―
no fue otro acto de crueldad,
sino una prueba
de la piedad que decían no tenerme.
Siempre la esperanza
Esperar la desdicha,
¿es una forma de esperanza?
La menos peligrosa, en cualquier caso.
La que no puede defraudarnos nunca.
Nada grave. Ángel González